Una habitación aislada y bien ventilada
necesita para que funcione bien, la participación de sus habitantes.
Las paredes construidas con materiales a base
de argila, como el barro o tejas de
barro de tierra batida, absorben y liberan calor mucho más lentamente que
las paredes hechas de cañizo o chapa de cinc. A esta propiedad se le denomina capacidad términca e inércia térmica.
Podemos y debemos aprovechar esta capacidad
para controlar el calor o el fresco en una habitación.
Para que esto suceda los ocupantes de la habitación han de adoptar ciertas prácticas que pueden contrubuir a su
confort.
En tiempo cálido
Durante cuanto tiempo queremos que una
habitación esté más fresca. Más fresca estará por la noche despues de la caida
del sol o antes de comenzar a amanecer. Desde ninguna altura hemos de abrir las entradas de aire junto al
suelo y las salidas de aire cerca del tejado para dejar que entre el aire más
fresco, o por lo menos, dejar que el aire circule ayudado por el efecto de la máquina.
Durante la noche la circulación del aire ayuda a enfriar las paredes de la habitación y liberar cualquier humedad
que se haya acumulado. Este efecto de enfriamiento es debido a la liberación
del calor acumulado en las paredes durante todo el día. Y así circulando aire
dentro de la habitación se liberará
calor y la humedad acumulada.
Durante el día queremos mantener las
paredes con la frescura acumulada durante
la noche. Para esto cerramos las entradas
de aire para que no entre de fuera.
Durante el día las paredes pueden
tomar el sol directamente y se calientan mucho. Esto ayuda a mantener la
habitación confortable. Por eso es importante que las paredes esten a la sombra. Cerca de lagos o a la sombra
será una de las mejores soluciones.
Con tiempo frio
Durante el tiempo frio queremos hacer
todo lo opuesto. Que el calor del
día antre y que durante la noche el fresco no entre.
Cuando hace frío queremos que el aire
caliente entre en la habitación y haga circular el aire para calentar las paredes y liberarlas de
humidad. Abrimos las entradas y
salidas de aire durante el día mientras en el exterior haga calor. Cerramos las ventanas de noche para
mantener el máximo de tiempo posible el calor que se ha ido acumulando durante
el día en las paredes.
Uma habitación aislada y ventilada mantiene el calor cuando es más necesario. Es
verdad que estamos sujetos al clima exterior, pero podemos sacar gran partido
de lo que la naturaleza nos da.
Estos buenos hábitos tan simples que
pueden mejorar mucho el confort de una habitación con el aislamiento que nos permita controlar
la ventilación.
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